jueves, 1 de julio de 2010

Sin Rey... ¡¿ ya no hay Princesa ?!

......Reconozco que la primera vez que lo leí me arrodillé ante estas palabras, cargadas de amor y sentimiento. Pero no. Una vez asimilado el impacto del mensaje, enseguida me di cuenta de que no: una Princesa siempre es una Princesa. No se necesita Rey, Reino ni Príncipe Azul. Una Princesa puede vivir en una humilde casa y no en un palacio, puede llevar vaqueros y olvidarse del vestido rosa y los zapatitos de cristal. No tiene problemas a la hora de dormir en un autobús o en un tren, y mucho menos porque haya un guisante debajo del colchón. Nadie puede hechizarla porque no es una niña estúpida cuya única salida es el beso de un apuesto caballero. Tampoco los sapos se convierten en príncipes, sino que siguen siendo sapos (a veces disfrazados...). Algunas tienen Hadas Madrinas. Otras no. Lo que está claro es que una Princesa sabe que es una Princesa porque hay algo en su interior que no puede evitar sentir. Es verdad que hay personajes en sus vidas que se lo recuerdan continuamente y que, cuando ya no están, ellas pueden dudar. Pero sólo un momento. Además, siempre habrá dragones y brujas acechando, intentado que las Princesas pierdan su fuerza. Pero es imposible, ellas siempre salen ganando, fortaleciéndose. Llora princesa. Llora todo lo que quieras y cuando quieras. Pero, por favor, no olvides nunca que eres un PRINCESA. Cuando te recuperes de cada golpe; sonríe, canta y baila. Porque eso es lo que hacen las verdaderas princesas: afrontar los golpes y salir fortalecidas, sonriendo y orgullosas.
.
.
.
.