miércoles, 8 de julio de 2009

CREPÚSCULO

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........“¡¡Socorro!! ¡¡¡¡Estoy enamorada de un vampiro adolescente de 17 años!!!!”Esto es lo que pensaba mientras devoraba sin descanso los cuatro libros de la saga Crepúsculo, de Stephenie Meyer. No estaba muy familiarizada con el fenómeno Edward, aunque era imposible no haber oído hablar de él. Siempre me han atraído las historias de vampiros; (en parte, la culpa la tuvo Brad Pitt), así que me animé. Además, a mi madre le habían calentado la cabeza sus amigas del café, diciéndole que era para todas las edades. De este modo, el día de libro (¡qué mejor día!) nos fuimos las dos en amor y compañía a por la saga completa. Compramos un estuche muy mono sin saber que tenía entre mis manos la Caja de Pandora. Por aquel entonces, yo me encontraba en compañía de la señorita Lisbeth Salander, así que le cedí ami madre el honor de estrenarlos. Tras unos días me comentó que estaban “entretenidos”, pero que eran poco creíbles. Yo le contesté que a ella no le gustaban esa clase de libros, así que no me sorprendía que dijese eso. Pero yo mantenía la esperanza. Y no me equivoqué. En cuanto empecé a pasar mis miopes ojos por aquellas líneas, quedé atrapada (¿para siempre?) en el universo Cullen. La culpa es mía, por empeñarme en meterme en la historia de ese modo pero, ¿acaso hay otra forma de disfrutar de la lectura si uno no se implica, no se imagina cada detalle, cada escena? Debes dejar de un lado la realidad, creyendo que existen vampiros y poderes sobrenaturales. Debes creer que es posible vivir esa clase de aventuras, y sentir lo que cada personaje siente.

.......Cuando acabé el primer libro, me temí que a Stephenie se le hubiese subido la fama al cabeza y no supiese seguir la historia, pues cuatro libros eran muchos. Pero me equivoqué, ya que cada libro tiene su propia esencia. No son repetitivos pese a tener los mismos protagonistas (con algún cambio que otro, por supuesto). Ella sabe sorprender y dar al público lo que quiere. Por eso se ha convertido en un best-seller. Sin olvidar que ha logrado, al igual que J.K. Rowling, que miles de niños en todo el mundo disfruten con la lectura. Y ese es un mérito muy importante, porque cada generación es más difícil de captar.

.......Mi locura llegó hasta tal punto que buceé por internet en busca de aquellos doce capítulos robados. Me leí el primero, colgado en la página oficial de Crepúsculo en castellano (www.crepusculo-es.com). Y, como me resistía a creer que esto se acababa, me lo leí en inglés, con la esperanza de convencerme a mi misma que lo hacía para practicar. Hay que ver las cosas que hacemos para autoengañarnos. ¿De verdad lo conseguimos?

.......La buena noticia es que Robert tiene 23, y eso me deja más tranquila.

..................-Y así es cómo el león se enamoró de la oveja.

..................-¡Qué oveja tan estúpida!- musité.

..................-¡Qué león tan morboso y masoquista!