lunes, 26 de octubre de 2009

LA FURIA DE LEELOO


..........Estoy harta, mucho. Afortunadamente, aun queda esperanza. Marta me ha salvado la vida (de momento, al menos). La buena noticia es que lo mío tiene arreglo; la mala, que me queda un gran camino por recorrer. Esta primavera toqué fondo, pero logré reunir las fuerzas suficientes para pedir ayuda. Medio año después, he aprendido mucho, he comprendido que la gente no cambia, que debo aprender a defenderme sin “engancharme”, que soy híper-racionalista, que no debo dar tantas explicaciones ni buscar la lógica a todo.

..........Tengo mucha rabia dentro y no la saco. Malo. Debo llorar, patalear y gritar, pero llevo toda la vida convencida de que eso es de locos. No era consciente de que me había impuesto unos falsos valores y creencias acerca de lo que es normal, de lo que se esperaba de mí. ¿Culpa de la sociedad? Puede, pero eso no importa. Lo que importa es que debo cambiar, convencerme de que soy yo, y no el reflejo de otros, de que la genética y el entorno no siempre llevan las de ganar. Es difícil ser auténtica cuando te sientes un bicho raro.

.........Rabia. Esa palabra la llevo muy dentro. Impotencia, odio, debilidad, inseguridad. Todas ellas se entremezclan y se funden. Se quedan en el estómago y en el corazón. Y no salen. ¿Por qué? ¿Lo conseguiré? Poco a poco. Es un largo proceso que requiere mucho aprendizaje, mucha práctica. Superarme día a día. Jorge me está ayudando, con su cochero y su carruaje. Y Anika. Ella me escucha y me entiende. Puedo desahogarme. Ella me empujó hacia Marta. Gracias a los tres.

..........Eso que no nos mata, nos hace más fuertes. Casi. Estuve a punto, pero me puse en pie y me enfrenté. Llora, patalea, grita, golpea la cama, camina deprisa. No quiero huir, no quiero ser débil. Nunca más. No vas a poder conmigo. Nadie va a poder. Voy a salir de ésta. Voy a superarlo. Cada día aprendo algo nuevo, me hago más fuerte. Seguí adelante y pienso seguir caminando, con paso firme. No vas a poder conmigo.

..........Te quiero y te odio. Eres mi luz y mi oscuridad. Lo que soy, es en gran parte gracias a ti. Me has enseñado mucho, y espero que sigas haciéndolo. Sin embargo, pienso estar preparada siempre, no pienso bajar la guardia. Sé que en esto estoy sola, pero no me importa. Me haré fuerte. Muy fuerte. Y seré feliz. Estaré orgullosa de mí misma porque habré logrado dar un gran paso. Pero hasta entonces, seguiré conviviendo con mi rabia, mi odio y mi dolor.

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